El periodista José Antonio Neme lanzó una crítica contundente hacia cómo se percibe la figura del exdictador Augusto Pinochet, destacando que en el sector de la derecha chilena el cuestionamiento serio hacia él recién surgió con el caso Riggs, relacionado con corrupción, y no por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante su régimen.
Durante una conversación en el podcast “Por qué tenía que decirlo”, que conduce junto a Julio César Rodríguez, ambos discutían los nuevos antecedentes surgidos respecto a Pinochet. Entre ellos, se mencionó que durante su detención en Londres, autoridades del gobierno de Eduardo Frei le habrían sugerido fingir demencia, y que además existe un documento firmado por él en el que autoriza la conocida Caravana de la Muerte.
Neme fue enfático al calificar a Pinochet como un asesino, aclarando que su postura no nace de un activismo político, sino de un llamado a la razón. Rodríguez, por su parte, señaló que le sorprendía que en Chile provocara más revuelo la idea de que Pinochet simuló una enfermedad mental que el hecho de que haya quedado en evidencia su responsabilidad directa en crímenes de lesa humanidad.
Reflexionando sobre esto, Neme recalcó que una parte significativa de la sociedad, y en especial la derecha, solo comenzó a tomar distancia del dictador tras revelarse el escándalo financiero del caso Riggs, cuando se supo del dinero oculto en el extranjero. Antes de eso, agregó, no parecía haber mayor incomodidad respecto a las graves violaciones a los derechos humanos, como la Operación Retiro de Televisores o la existencia de fosas comunes con múltiples cuerpos.
Finalmente, Neme cuestionó las prioridades sociales, afirmando que resulta alarmante que se le dé más importancia a si Pinochet fingió una enfermedad que al hecho de que haya autorizado ejecuciones extrajudiciales. “Tenemos las prioridades invertidas”, concluyó.