Carlos Peña (66 años, Santiago de Chile), abogado y rector de la Universidad Diego Portales, una de las figuras más influyentes en la esfera pública chilena, analiza en esta entrevista con EL PAÍS los resultados de las primarias presidenciales de la izquierda, donde la candidata comunista Jeannette Jara, con un 60% de apoyo, se convirtió en la representante única del oficialismo, superando a Carolina Tohá, de la izquierda moderada, quien obtuvo un 28%. Respecto a la posición expectante de la derecha en las elecciones de 2025, Peña afirma: “Las prioridades ciudadanas coinciden con la agenda más tradicional de la derecha: identidad nacional, seguridad y orden”.
P: ¿Qué reflejan los resultados de las primarias?
R: Revelan que el socialismo democrático ha asumido gran parte de los costos de gobernar: ha tenido que moderar sus críticas, aceptar las evaluaciones sobre su gestión pasada y ver cómo una de sus figuras más destacadas, la más brillante de la generación postransición, sigue siendo relevante.
P: ¿Cómo se interpreta la victoria de Jara?
R: Es, ante todo, el triunfo de una líder carismática, cuya biografía resuena en millones, y una demostración de que el anhelo de reconocimiento de las mayorías sigue siendo clave en la democracia masiva. Jara será una candidata fuerte frente a la derecha gracias a su capacidad de conectar espontáneamente con la ciudadanía, un atributo auténtico e inigualable.
P: ¿En qué falló Tohá, de la izquierda moderada?
R: Cayó en la paradoja de cumplir bien su rol como ministra: administró el Estado, lo que la obligó a suavizar sus críticas y le impidió construir un proyecto diferenciado del gobierno actual. Era contradictorio pretender ser parte del gobierno y luego distanciarse de él.
P: ¿Qué futuro tiene la socialdemocracia tras estos resultados?
R: Nunca estuvo claro que Tohá encarnara la socialdemocracia, pues esta no se presenta como un proyecto definido en Chile. Existen aspiraciones socialdemócratas, pero aún no hay quien las articule en una propuesta atractiva para la mayoría, capaz de abordar los problemas de la modernización sin rechazarla, como ha hecho el Frente Amplio.
P: ¿Es este el triunfo definitivo de la izquierda radical sobre la moderada?
R: No. Este resultado no es ideológico, sino una prueba del peso del carisma en política. Jara supo presentar su ideología de manera discreta, sin ocultarla pero sin hacerla el centro de su discurso.
P: ¿Cómo es hoy el Partido Comunista chileno?
R: Sigue siendo un partido de clase, con una larga tradición en la política chilena y un compromiso impecable con la democracia. Su influencia supera su peso electoral, y en este momento histórico apuesta por una política de alianzas. De ganar Jara, habría un gobierno de coalición.
P: ¿La candidata representa una línea distinta a la del PC?
R: No hay diferencias fundamentales. Existen matices, pero comparten una visión amplia, incluida la estrategia de alianzas que Jara reafirmó en su discurso.
P: ¿Se ha fortalecido el PC en la institucionalidad chilena?
R: Hasta cierto punto. Ha recuperado el espacio que siempre tuvo en la democracia chilena, donde históricamente ejerció un rol moderador, contrario al radicalismo izquierdista.
P: ¿Cree posible la unidad del oficialismo tras el apoyo de Tohá, Winter y Mulet a Jara?
R: Sin duda. Aunque podría surgir alguien fuera de los partidos intentando capitalizar un supuesto centro político.
P: ¿Está la derecha en ascenso en Chile?
R: En los últimos años sí. Las demandas ciudadanas coinciden con su agenda tradicional: identidad nacional, seguridad y orden. Esto se debe, en parte, al discurso de una izquierda identitaria que olvidó que el Estado debe garantizar orden, no solo justicia.
P: Con Kast liderando las encuestas y Jara representando al oficialismo, ¿por qué Chile está polarizado?
R: Más que ultraderecha, hay una derecha iliberal, producto del abandono por parte de la izquierda del universalismo en favor de políticas identitarias. La ciudadanía parece inclinarse hacia gobiernos democráticos pero iliberales porque la izquierda generacional adoptó un discurso redentor que no refleja la realidad de las mayorías.
P: ¿Qué opina del gobierno de Boric?
R: Fue un fracaso respecto a las expectativas generadas, debido a un diagnóstico equivocado sobre la modernización de Chile. Sin embargo, Boric ha sido ejemplar en derechos humanos y apego a la legalidad, aspectos excepcionales en la izquierda regional.