30 de Diciembre de 2025
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Un cruce en redes sociales volvió a encender el debate sobre trayectorias profesionales, mérito y lecturas forzadas. Esta vez, el intercambio tuvo como protagonistas al comentarista Eugenio Figueroa, la cuenta Botchecker y el periodista Juan Manuel Astorga, con una mención que terminó involucrando —sin relación aparente— al fallecido Ricarte Soto.

El origen del conflicto fue un posteo de Botchecker que cuestionó el discurso de “meritocracia” en torno a Astorga, citando un antiguo reportaje de BioBioChile publicado en 2015. En dicho artículo se consignaba que el comunicador, pese a haber trabajado en diversos medios, no contaba con título profesional, situación que en su momento habría generado recelo entre algunos colegas cuando asumió en Canal 24 Horas.

La crítica apuntaba directamente a la contradicción entre el relato de mérito individual y una carrera construida —según el propio artículo— en base a redes, contactos y oportunidades internas. Sin embargo, en ningún punto el cuestionamiento hacía referencia a Ricarte Soto ni a su legado profesional.

Pese a ello, Eugenio Figueroa salió a responder trasladando la discusión a otro plano. En su réplica, señaló que Astorga comenzó su carrera en Radio Monumental, al igual que él, y agregó que el gran maestro del periodista habría sido Ricarte Soto, a quien calificó como “uno de los grandes periodistas de este país”, rematando con un llamado a “enjuagarse la boca” antes de hablar de ellos.

La respuesta no tardó en llegar. Desde Botchecker replicaron con dureza, marcando que nadie había mencionado a Ricarte Soto en la crítica original y acusando a Figueroa de desviar el foco del debate. “¿Y quién está hablando de Ricarte Soto?”, contestaron, agregando que el problema no era la figura del fallecido periodista, sino la incapacidad de Figueroa para leer y comprender un cuestionamiento básico.

El episodio cerró con una crítica directa al comentarista, apuntando a que el error no estuvo en el tono del posteo inicial, sino en forzar una defensa que no venía al caso, mezclando nombres y trayectorias para esquivar el punto central: el debate sobre meritocracia, pitutos y relatos que no siempre resisten una revisión mínima de los antecedentes.

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