Durante el proceso constituyente en Chile, especialmente en los plebiscitos de 2022 y 2023, sectores de la derecha difundieron múltiples desinformaciones para desacreditar las propuestas de nueva Constitución. Circularon noticias falsas que aseguraban, por ejemplo, que se eliminaría el himno nacional, la bandera y el nombre del país, o que se entregarían tierras a pueblos originarios despojando a actuales propietarios, lo que fue desmentido por expertos y organismos independientes.
Estas campañas se amplificaron en redes sociales y medios afines, generando miedo e incertidumbre en amplios sectores de la ciudadanía. El objetivo fue instalar la idea de que el texto propuesto implicaba una amenaza a la unidad nacional y a la propiedad privada. A pesar de los esfuerzos por combatir estas fake news, su efecto fue significativo en el rechazo al texto constitucional, revelando la influencia de la desinformación en procesos democráticos.
