28 de Octubre de 2025
file_20230814190143

En una reciente entrevista con el medio argentino La Nación, José Antonio Kast volvió a desplegar su programa económico, prometiendo hasta 600 mil empleos bajo su eventual presidencia. Como condición para ello, señaló cuatro pilares: seguridad, menor “abuso regulatorio”, progreso tributario y ajuste fiscal.

En su diagnóstico, el país vive atrapado en trabas regulatorias que sofocan la inversión. El problema, según Kast, no sería la falta de reglas, sino su uso abusivo bajo un prisma ideológico “radical”. Un buen ejemplo de este sinsentido es la famosa Ley Cholito: una norma presentada como gesto de sensibilidad animal, pero que terminó convirtiéndose en un símbolo de lo ridículo que puede llegar a ser el exceso regulatorio, más preocupado de la foto política que de crear certezas jurídicas para que Chile avance y atraiga capitales.

Paradójicamente, mientras denuncia esas rigideces, Kast insiste en mirar con admiración a Javier Milei, el mismo mandatario que hoy tiene a la Argentina sumida en un experimento económico que ha golpeado duramente a la población y dejado al país en una situación caótica. Que un candidato a La Moneda tome como referencia un modelo que ha dejado ruinas más que resultados es, por decir lo menos, preocupante.

En resumen, Kast critica los efectos de un ambientalismo y animalismo radical, pero no repara en que su admiración hacia Milei equivale a mirar al espejo de un fracaso evidente. Difícilmente se puede plantear confianza y estabilidad para Chile si los referentes económicos provienen de recetas que han llevado a la Argentina al borde del abismo.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *