El penúltimo debate ARCHI entre Jeannette Jara y José Antonio Kast fue uno de los más tensos de la campaña. Desde el inicio, Jara instaló el tono confrontacional al apuntar directamente a la ética del proyecto de Kast, acusando a su asesor económico Jorge Quiroz de vínculos con casos de colusión. Esa ofensiva cambió por completo la agenda del debate, obligando a Kast a defender su equipo y a responder desde una posición reactiva. Para muchos analistas, ese primer golpe definió el ritmo de todo el encuentro.
Jara además logró encuadrar la discusión en temas que suelen ser sensibles para el electorado: precios, abusos, derechos sociales y desigualdad. Su estrategia fue insistir en que las propuestas de Kast —particularmente los recortes de gasto público y su enfoque migratorio— ponían en riesgo servicios esenciales y debilitaban la protección social. Kast, por su parte, optó por mantener su discurso habitual y evitar la confrontación directa en varios pasajes, decisión que lo hizo ver más a la defensiva que en debates anteriores.
Aunque ganar un debate no equivale a ganar una elección, la percepción generalizada en redes y análisis posteriores fue que Jara dominó el intercambio, mostrando más control del escenario y marcando la pauta del contenido. Kast cumplió su libreto, pero no logró revertir el marco que Jara instaló desde el primer bloque. En términos comunicacionales, la balanza se inclinó hacia ella, reforzando la sensación de que este cara a cara fue uno de los más complejos para el candidato de derecha, incluso, el triunfo no solo fue percibido por sus adherentes, sino que también por el ala dura de la actual oposición.
El libertario Cristián Labbé alabó a Jeannette Jara diciendo: “simplemente dejo a José Antonio sin palabras”. El video:
