29 de Octubre de 2025
LENWA

En Chile, el término “facho pobre” se usa para describir a ese personaje que, aun viviendo realidades económicas bastante modestas, defiende con entusiasmo a las élites económicas y políticas como si fuera socio de ellas. Su rasgo más pintoresco es que adopta discursos y posturas ultra conservadoras, creyendo que eso lo acerca simbólicamente a un estatus que en la práctica le queda tan lejos como la playa privada de un club náutico. Es el que se emociona defendiendo beneficios tributarios a los más ricos, aunque él mismo esté haciendo malabares para pagar el TAG.

Su versión aspiracional es todavía más llamativa: no solo apoya con fe ciega a quienes concentran el poder, sino que además intenta imitar sus hábitos, consumos y estéticas. Ahí está, comprando whisky importado en oferta en el supermercado para “celebrar como la gente bien” o repitiendo frases de economistas de televisión, aunque no entienda muy bien lo que significan. Esta versión sueña con llegar algún día a codearse con sus referentes, sin notar que estos difícilmente lo invitarían ni a la puerta de servicio.

Otro rasgo característico es su obsesión con “el orden” y las “buenas costumbres”, generalmente interpretadas desde un prisma muy selectivo. Protestas sociales, huelgas o demandas laborales le parecen amenazas al país, pero no muestra el mismo entusiasmo en condenar abusos empresariales o casos de corrupción que involucran a sus ídolos políticos. Aquí, la coherencia no es prioridad: lo importante es mantener el relato de que “los de arriba” siempre tienen la razón.

En el fondo, el “facho pobre” aspiracional es una figura tragicómica: se ve a sí mismo como un soldado ideológico defendiendo un castillo al que nunca lo dejarán entrar. Sus discursos están llenos de frases hechas, memes políticos y anécdotas “que escuchó en la radio”. Y aunque muchas veces genera risa por su desproporción y fervor, también refleja una realidad social compleja: cómo la aspiración de pertenecer a un grupo privilegiado puede llevar a defender intereses ajenos, incluso en contra de los propios.

En ese contexto, Lenwa Dura de Tiro de gracia, se come con papas fritas a estos especímenes, dejando en claro que en las poblaciones más modestas, también hay:

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