Durante el último debate, la candidata Evelyn Matthei sorprendió al asegurar que “con los BRICS no habrá ningún tipo de relación”. Lo llamativo es que, si revisara la estructura comercial de Chile, sabría que dos de nuestros socios más importantes —República Popular China y República Federativa del Brasil— son justamente pilares fundacionales de ese bloque económico. China concentra alrededor del 40 % de las exportaciones nacionales, mientras que Brasil aporta entre 6 % y 9 %. Para dimensionar: Estados Unidos de América, el segundo socio comercial de mayor peso, se ubica entre un 14 % y 18 %, bastante por debajo de la influencia combinada de los países BRICS.
A esto se suma el creciente protagonismo de República de la India —que junto con China representa un tercio de la población mundial—, lo que vuelve su declaración aún más desconectada de la realidad económica. Resulta irónico que, estando asesorada por Juan Sutil —conocido exportador al mercado chino—, Matthei desestime a un bloque que concentra gran parte de la matriz exportadora chilena. Esta postura no solo revela un sesgo ideológico marcado, sino también una preocupante falta de visión estratégica sobre el comercio exterior y el futuro económico del país.