29 de Octubre de 2025
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Impacto ha causado un reportaje que expone cómo carabineros y miembros de la PDI prestaban servicios de seguridad a un grupo criminal de origen chino.

Los uniformados cuidaban casinos ilegales y recintos comerciales en diferentes partes de la Región Metropolitana.

Según consignó 24 Horas, esta mafia es investigada por delitos de trata de personas con fines de explotación sexual, tenencia de armas y narcotráfico.

Actualmente, sus cabecillas Ping Lin y Yangian Mao se encuentran en prisión preventiva y pronto pasarán a juicio oral.

La Fiscalía Centro Norte pide 55 años de prisión por los delitos mencionados. También en la acusación se incluye al venezolano Daniel Cona, para quien se solicitan 10 años por infracción a la Ley de Control de Armas.

Cabe destacar que esto salió a la luz por el testimonio del funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), Rodrigo Levenier, quien trabajaba para Ping Lin y Yangian Mao.

Levenier detalló que era guardia para los orientales, incluso avisaba cuando sus colegas estaban cerca y recomendaba no abrir las puertas de sus locales.

Admitió que estaba dentro de un grupo de WhatsApp compuesto por 34 personas, los cuales prestaban servicios de seguridad. En dicho grupo había 11 funcionarios de la PDI.

Delincuente tenía selfie con carabinera
Con respecto a la relación de Carabineros, según la carpeta de la Fiscalía Centro Norte, Lin y Mao tenían contactos guardados de policías.

Uno de los registros más llamativos corresponde a una conversación de Ping Lin con un contacto guardado como “Stefanía Stefanini”, número que resultó ser de prepago y sin rastros en bases oficiales.

Según la PDI, el diálogo se habría originado tras una fiscalización policial en uno de sus casinos ilegales en Estación Central. En esa conversación, el misterioso contacto —presuntamente alguien de Carabineros— le aseguró que “esos policías no son de la unidad”.

Los detectives también hallaron una selfie publicada en Facebook donde Ping Lin aparece junto a una mujer uniformada de Carabineros, cuya identidad no ha podido ser verificada. El perfil del acusado actualmente está cerrado, dificultando nuevas pericias.

Además, se incautó un video grabado en un recinto que podría ser una comisaría, mostrando a un carabinero en funciones, lo que reforzó las sospechas sobre posibles vínculos.

Una víctima de trata traída desde China por la red criminal declaró que los locales de Ping Lin “tienen respaldo de funcionarios públicos y de Carabineros”, y que por eso “nunca los sancionan”.

A esto se suman cuadernos contables incautados en los domicilios de Lin, Mao y Cona, donde aparecen ítems de pago etiquetados como “policía” y “gobierno municipal”.

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