29 de Octubre de 2025
NZA

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Sudamérica se convirtió en uno de los principales destinos de escape para antiguos miembros del régimen nazi. Chile no fue la excepción. Diversos registros históricos confirman que algunos exmilitares y colaboradores del Tercer Reich lograron establecerse en el país, especialmente en las regiones del sur, donde ya existían comunidades alemanas asentadas desde el siglo XIX. En ese contexto, encontraron refugio y anonimato entre colonos germanos, aunque sin formar una estructura política activa.

Si bien durante décadas circularon teorías sobre supuestas “reuniones secretas” o la rearticulación de un partido nazi chileno, no existen pruebas documentales que respalden tales afirmaciones. Lo que sí se ha comprobado es la presencia de figuras concretas, como Walter Rauff, responsable del diseño de camiones de gas del régimen, quien vivió en Chile hasta su muerte en 1984 protegido por redes locales. Otro caso emblemático fue el de Paul Schäfer, exmiembro del ejército alemán que fundó la tristemente célebre Colonia Dignidad en 1961, un enclave cerrado con rasgos autoritarios y simpatías ideológicas con el nazismo, aunque no vinculado formalmente a ninguna organización política.

Informes desclasificados de agencias internacionales como la CIA y el Mossad rastrearon posibles conexiones entre exnazis en la zona de Osorno y Valdivia, pero sin encontrar evidencia de una red coordinada. En definitiva, lo ocurrido en Chile tras la guerra no fue la refundación del nazismo, sino una red de refugio y silencio donde algunos fugitivos del Reich lograron rehacer sus vidas bajo una aparente normalidad. El mito de un “partido nazi en el sur” permanece más como leyenda que como hecho histórico comprobado.

El tema volvió a encenderse recientemente cuando el escritor Jorge Baradit publicó en redes sociales una fotografía que, según él, mostraría a la madre de José Antonio Kast en una de esas antiguas reuniones de descendientes alemanes en el sur de Chile, insinuando un vínculo simbólico con los círculos simpatizantes del nazismo de posguerra. La imagen —que rápidamente se viralizó— desató un torbellino político y mediático, reabriendo el debate sobre la presencia de exnazis en Chile y sus posibles conexiones familiares o culturales. Aunque no existen pruebas oficiales que confirmen el contexto exacto de la foto, el “bombazo” de Baradit reavivó viejas heridas históricas y volvió a poner bajo la lupa un pasado que muchos preferirían mantener en silencio.

La fuente completa de las fotos : https://www.archivonacional.gob.cl/sites/www.archivonacional.gob.cl/files/2022-01/Fotografi%CC%81as%20de%20la%20investigacio%CC%81n%20del%20Departamento%2050%20de%20la%20PDI.pdf

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