La última sesión del concejo municipal de Maipú fue más parecida a un capítulo de telenovela venezolana con tintes de thriller que a una reunión de autoridades. Todo partió el 9 de octubre, cuando la concejala republicana Karen Garrido recibió en plena sesión una visita sorpresa de sus ex asesores Carlos Morales y Francisca Azócar… aunque no precisamente para un café.
Los ex colaboradores irrumpieron cual “panel de farándula enojado”, lanzando acusaciones de maltrato y fraude al fisco frente a todos. La concejala, más rápida que abogado en programa de la mañana, respondió anunciando que los demandaría por injurias y calumnias… y acto seguido, se retiró con dramatismo digno de cierre de temporada.
Tras la escena, Garrido tuvo que ser escoltada por seguridad como si acabara de sobrevivir a un concierto de Bad Bunny en cancha. Según informó La Voz de Maipú, ahora se encuentra con licencia psiquiátrica, probablemente tratando de procesar el nivel de reality show político que alcanzó la jornada.
Pero la historia no acaba ahí: los ex asesores también la acusan de lanzar amenazas verbales y de presumir supuestos vínculos con internos del Tren de Aragua. Ella negó tajantemente todo, asegurando que las denuncias tienen “un trasfondo político”. (Lo cual, en Chile, es como decir “hola, buenos días”).
Según Morales, la concejala habría advertido —muy en modo película de mafiosos— que “si mueve un dedo, algo podría pasar”. No sabemos si es verdad, pero claramente alguien ya está buscando a Netflix para los derechos de esta historia.
Por ahora, Karen Garrido no ha entregado declaraciones públicas… aunque muchos esperan el “próximo capítulo” con cabritas en mano.