
La política chilena volvió a regalar uno de esos capítulos dignos de matinal con rating alto: un cruce entre Pamela Jiles y la activista feminista Camila Cárcamo que dejó más bochorno que argumento. La escena parecía una pelea de reality político, con Jiles sacando frases rimbombantes y Cárcamo recordándole —con puntería quirúrgica— las contradicciones que la diputada carga como mochila de glitter.
Todo partió cuando Jiles, con tono de profeta feminista de cartón piedra, cuestionó el activismo de Cárcamo. Pero la respuesta llegó como combo retórico al mentón: la feminista le recordó que va en una lista política junto a un deudor de pensión alimenticia. Sí, justo ella, la autoproclamada defensora de los oprimidos. La ironía fue tan potente que hasta el sarcasmo se sintió desplazado.
Mientras Jiles intentaba salir jugando con su estilo de “abuela combativa”, lo cierto es que quedó como esas personas que gritan “ladrones” mientras guardan la billetera ajena en el bolsillo. La frase de Cárcamo la dejó tambaleando: “Feminista de cartón” fue el golpe de gracia que sonó más fuerte que cualquier discurso preparado.
En resumen: la diputada quiso dar cátedra y terminó protagonizando un tutorial práctico de cómo quedar en ridículo en tiempo récord. 📺✨ Cuando la incoherencia se disfraza de moral superior, basta una buena réplica para que el disfraz se caiga solito.