El debate reunió a los ocho candidatos presidenciales, y una de las sensaciones dominantes fue el contraste de estilos más que de contenidos. Algunos participantes exhibieron propuestas estructuradas —como hablar de seguridad, desempleo y orden público—, mientras que otros apelaron a slogans, interrupciones y golpes de efecto. La moderación por Soledad Onetto y Iván Valenzuela no bastó para contener momentos de tensión: se alternaron la franqueza en la exposición de ideas y la confrontación directa, lo que generó tanto claridad como ruido.
Además, el debate dejó en evidencia una polarización creciente en el electorado y en los discursos. Se notó cómo las alianzas tradicionales intentan mantener su relevancia, mientras emergen candidaturas que buscan diferenciarse con discursos más radicales o disruptivos. Esto abre una doble lectura: por un lado, más opciones pueden significar mejor representación; por otro, generan dispersión que podría debilitar la capacidad de elegir un perfil claro para segundo tiempo.
En ese contexto, se esperó ver o hacer que Kast, transparentara de dónde sacará el recorte presupuestario, y de acuerdo como respondió esta pregunta sobre inmigración, parece que aún seguiremos sin respuesta. Acá el momento exacto en que La Sole Onetto, se hizo una escalopa con el rubio candidato: