El actor Cristián de la Fuente explicó con entusiasmo —y bastante épica— su respaldo a José Antonio Kast tras las Elecciones 2025, asegurando que la victoria fue casi una hazaña heroica. Desde el escenario del festejo republicano, el intérprete celebró que “le ganaron al miedo”, ese que —según él— no dejaba opinar tranquilo sin riesgo de funa inmediata, y proclamó con solemnidad que Chile había derrotado nada menos que al comunismo, como si hubiera sido una final del Mundial.
Más tarde, en un programa de conversación, De la Fuente reflexionó sobre su incursión política y confesó que ahora entendía por qué casi ningún famoso se mete en estos terrenos: el cariño dura poco y el odio llega rápido. Dijo sentirse satisfecho por haber hecho “lo correcto”, aunque lamentó vivir en una época cargada de rabia, donde cualquiera que no te guste recibe insultos a la velocidad de un comentario en redes sociales. Eso sí, aclaró que no se estaba victimizando… aunque el discurso iba derechito para allá.
Finalmente, el actor explicó su emoción desbordada con un argumento que rozó lo poético: las banderas. Según él, el momento fue mágico porque estaba rodeado de banderas chilenas, mientras que “al otro lado” —en una especie de carnaval multinacional— solo había banderas del orgullo, de Palestina y hasta del MIR, pero ninguna chilena. Para De la Fuente, eso fue prueba suficiente de que había elegido el “lado correcto”, porque nada une más a un país que medir la validez política por el tipo de tela que flamea en la multitud.